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El infierno de una mamá en el paraíso

Doña María Nohemí Barbosa González dejó de ser una mamá feliz hace más de tres meses, dejó de esperar a su hijo en la casa para abrazarlo y ahora tiene que salir a buscarlo todos los días.

Desde el pasado 7 de junio tuvo que cambiar su residencia habitual en Bogotá, para quedarse en San Andrés en la frenética tarea de buscar en todos los rincones una noticia o un indicio que, para su infortunio, no llegan todavía.

Han pasado más de tres meses desde que Jhon Alexander Rincón Barbosa salió de en la madrugada del Hotel Blue Cove de San Andrés, al parecer a comprar unos cigarrillos, sin que se sepa absolutamente nada de su paradero.

Desde entonces la vida de doña María Nohemí se ha convertido en lo que ella llama "un infierno en el paraíso".

Estaba cumpliendo 65 años y por ello sus hijos decidieron compartir con ella en ese lugar que insinúa descanso, tranquilidad, ese paraíso en el que es posible disfrutar un mar de siete colores, el contacto con la arena, la emoción que produce el mar, independientemente de dónde uno venga o de dónde sea.

Sus hijos Clara Belén y Jhon Alexander querían complacerla y por eso viajaron la madrugada del seis de junio a la isla, a pesar del temor que el joven sentía de hacerlo, porque nunca había montado en un avión.

Durante el día recorrieron varios lugares, paseos comerciales y estuvieron en el mar, en dónde se tomaron varias fotografías en las que el joven, de pelo negro largo y ondulado, aparece con la camiseta blanca, las bermudas tipo camuflado, los tenis café y las medias blancas, que llevaba cuando desapareció esa madrugada.

Cansadas de la madrugada para el viaje desde Bogotá, del tour por la isla y de las actividades que habían preparado para el agajaso, las dos mujeres se retiraron sobre las diez y media de la noche del bar del Hotel Blue Cove y procedieron a descansar en su habitación.

Ese fue el último instante en que se vieron juntos y empezó la incertidumbre para esta familia bogotana que dice sentirse abandonada en la búsqueda.

Sin Rastros

La información que tienen las autoridades es que el joven de 1.62 de estatura, piel trigueña, ojos cafés oscuros y tatuajes en ambos brazos, salió del bar hacía las dos de la madrugada y luego se dirigió a la recepción del hotel.

Según la denuncia elevada de manera formal por su familia, allí “los empleados le siguieron suministrando bebidas alcohólica, como se pudo evidenciar en las grabaciones de las cámaras de seguridad”.

Su hermana Clara Belén le contó en una carta enviada al Ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, que “luego se observa como Jhon Alexander sale de la recepción, ningún empleados del Hotel Blue Cove lo detiene y se dirige a la carretera, sin que desde ese momento sepa nada de él”.

La familia denuncia que lo que ha seguido después, es una cadena de hechos que no han permitido aclarar lo ocurrido.

El vigilante de turno renuncio tras negar haber visto al joven esa noche, aunque los videos dicen lo contrario, y ya no están en el hotel ni el recepcionista, ni el botones, ni la administradora.

Dos policías identificados como Ricardo Leder y Javier Tovar dijeron haber visto al joven Rincón Barbosa en estado de embriaguez, pero luego entregaron una versión distinta a la Fiscalía.

Hay quejas que la búsqueda física se ha frenado, que se han registrado algunas dificultades en la investigación, que no sea ordenado un cotejo forense a varias prendas ensangrentadas encontradas en el lugar, que el organismo investigador parece haber desechado, mientras su familia las guarda como un tesoro que puede ofrecer algún tipo de información.

Según la queja, ni la Policía Nacional, ni la Fiscalía le han prestado la atención a doña María Nohemí, “quien aún sin recursos se encuentra todavía en la isla luchando y tocando puertas para ver quien le ayuda a realizar la búsqueda y barridos prudentes en la isla”.

Me voltearon la espalda y abandonaron a mi hijo”, aseguró en el Programa La Noche de Libertad de RCN RADIO doña María Nohemí, quien ha denunciado que no sea realizado ningún allanamiento en “zonas consideradas de peligrosas de la isla en dónde probablemente sicarios o narcotraficantes” puedan tener retenido al joven y que tuvo que incluso que ofrecer de su bolsillo una recompensa de tres millones de pesos, mientras las autoridades ofrecieron 20 millones de pesos a quien brindara información sobre los responsables de la agresión con arma de fuego contra un turista argentino.

La denuncia elevada al Ministro de Defensa advierte que pese a que se han recibido varias llamadas anónimas con información de su posible paradero, “no se ha querido realizar la búsqueda o reconocimiento de la zona para agotar los recursos posibles para encontrar a Jhon Alexander”.

“Sueño que está encerrado en algún lugar”

El contexto en el que se produjo la desaparición del joven bogotano de 32 años no ha sido el más afortunado, por cuanto se han registrado denuncias sobre hechos graves de violencia en la isla.

En La Noche de La Libertad doña María Nohemí dice que “la situación de seguridad en la isla es tan complicada que hay otros 16 muchachos desaparecidos en circunstancias que son motivo de investigación”.

Además dice que algunos padres de familia han denunciado estos hechos, pero que algunas familias cuyos hijos al parecer “en malos caminos”, han preferido no hacer ninguna denuncia y callar ante las autoridades.

La gente la están matando miserablemente y no por eso estoy pidiendo que no haya impunidad, en el caso de mi hijo y en todos los hechos de violencia que se han registrado en la isla”, asegura.

Su vida se ha puesto a cuadritos y relata que incluso sueña con el lugar en dónde puede estar encerrado para ir en su encuentro y pide adolorida “que lo dejen salir, que lo suelten, que se lo dejen en algún lugar, que ella va sola a recogerlo sin formular ninguna denuncia

La búsqueda incesante de un hijo incluye desde luego toda clase de teorías como que lo confundieron con alguien, que pudo ver algo, que puede estar en manos de las bandas que adelantan actividades del narcotráfico hacia Centroamérica ó que está extraviado, simplemente.

Esta madre desesperada confía en que la llegada del nuevo comandante de la Policía en San Andrés, el coronel Luis Carlos Hernández Aldana, permita revitalizar la búsqueda de su hijo.

Me vendieron esta isla hermosa como un paraíso y es un infierno por la inseguridad y la cantidad de cosas que se están presentando” reitera la atribulada mamá, que en medio de la algarabía de los turistas que siguen llegando a San Andrés para disfrutar de sus maravillas naturales, seguirá la búsqueda incesante y solitaria del hijo con él fue a celebrar su cumpleaños y del que no se sabe nada.