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El petróleo no es una bendición para el Meta: gobernador Alan Jara

El gobernador del Meta, Alan Jara, afirmó en RCN La Radio que la explotación del petróleo ha traído más dificultades que beneficios, porque ha causado un fuerte impacto social, ambiental y económico.

"No es un bendición porque genera un impacto social muy grande, dificultades en el ambiente y porque la compensación que eran las regalías, con la reforma que se hizo (...) no sólo se convirtió en el raponazo a las regalías, sino en el raponazo a la autonomía también", indicó el mandatario regional.

Sostuvo que con el nuevo sistema de regalías "se perdieron 2 billones 500 mil millones de pesos" para su departamento, que es básicamente petrolero.



"Esa mermelada resultó de mora", señaló el mandatario, haciendo referencia a las demoras para que lleguen los recursos de las regalías.

Dijo que han tenido dificultades para ejecutar las regalías que hoy llegan, pues los alcaldes no pueden disponer de esos recursos para cumplir las promesas de campaña, sino que dependen de lo que decida el Órgano Colegiado de Administración y Decisión (OCAD), y dijo que "yo lo llamo órgano centralista de administración de dineros".

Jara planteó que el principal rezago aún está en la infraestructura vial, tanto que para ir a cualquier municipio del departamento hay que desplazarse primero a la capital, Villavicencio.

La extorsión

Frente a la denuncia de la Cámara de Comercio de Villavicencio sobre el aumento de la extorsión a los comerciantes, el Gobernador reconoció que los casos son más frecuentes en la capital del departamento, en Granada y en la zona de Puerto Gaitán.

"Desde lo local apoyamos a la Policía, al Ejército, en la creación de los Gaula (...) Se requiere que se genere confianza en las autoridades para que la gente denuncie", anotó.

El mandatario afirmó que como en el Meta aún hay conflicto armado, "eso ha hecho que no pueda darse la respuesta tan efectiva como se necesita".

Oro todos los días por el proceso de paz

El gobernador del Meta, quien estuvo secuestrado por las Farc (7 años y 7 meses en su poder), sostuvo que confía en el buen desenlace de las negociaciones en La Habana.

"Todos los días oro para que así sea, soy un optimista obligado por las circunstancias, estar aquí es una bendición de Dios, una segunda oportunidad de vida. Y así sea una pequeña ventana (el proceso), no solo es un derecho, sino una obligación de todos los colombianos de trabajar por la paz", anotó.

Al preguntársele qué sintió cuando vio cara a cara a los guerrilleros de las Farc en La Habana, en el viaje que hizo como víctima, respondió: "No es fácil, impacta mucho, se revive la película de horror (…) pero acepté ir por una convicción: me sentiría más reparado si no hay más secuestros en Colombia a que encarcelaran a quien me secuestró. La única garantía de no repetición del secuestro es la terminación del conflicto".

Agregó que aún hay presencia de las Farc en el sur del Meta, además de bandas criminales.

"Hace 15 años era más fuerte la presencia de las Farc; hoy la fuerza pública es capaz de llegar a cualquier parte, pero como el Meta es tan grande no ha suficientes uniformados que permanezcan en la región", concluyó.