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Iglesia compara condición de niños en medio de la guerra con adopción de menores por parejas del mismo sexo

El presidente de la Conferencia Episcopal Colombiana, monseñor Luis Augusto Castro, comparó la condición que afrontan los niños en medio de la guerra con los menores que pudieran llegar a ser adoptados por las parejas del mismo sexo.

"Me preocupa que se sacrifiquen a los niños, ahora querrán que les den niños en adopción y esos niños pierden el influjo el derecho de tener el influjo de un papá y de una mamá (…) Se quiere hacer la guerra, de quién´se echa mano, de los niños y se forman como guerreros, como personas que no saben apreciar la vida ajena y eso es lamentable porque un niño tiene derecho a vivir con una familia estable", sostuvo monseñor Castro en diálogo con RCN La Radio.

La declaración de monseñor castro se produjo en reacción a la decisión del Consejo de Estado que reiteró su jurisprudencia de hace algunos meses e insistió en que la familia ha dejado de ser una institución "ancestral", basada solamente en conceptos "biológicos y religiosos", y amplió el abanico para que el Estado reconozca como tal a otras formas de uniones familiares, basadas en el amor.

"Me preocupa esa manera de tratar a la familia, y al matrimonio como si fueran poca cosa, solamente para resolver los problemas de las personas que quieren hacer una sociedad. Que la hagan, pero que se respete el valor de la familia, que no se juegue con una célula de la sociedad que nos puede llevar es la desintegración y al relajo", dijo monseñor Castro en diálogo con RCN La Radio.

"Una pareja puede formar una sociedad y se respeta eso naturalmente. Lo que a mí me preocupa es que mientras se hace eso se va denigrando de la familia tradicional, que es la célula fundamental de la sociedad, que es la escuela de las virtudes, que es donde se forman los hombres de bien", afirmó.

Agregó que se equivocan los que consideran que familia son todos los que viven bajo el mismo techo y nada, sin tener normas o reglas claras, sin compromisos estables. Sostuvo que esas relaciones se terminan formando o desbaratando con la consecuencia de que son los niños los que pagan las repercusiones de ello.

"Si se empieza a denigrar de la familia o del matrimonio por las autoridades, es romper instituciones fundamentales para la vida y eso es lamentable. Debemos seguir defendiendo a a la familia", indicó monseñor Castro.