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¿Quiénes son los jóvenes Ni – Ni, de los que se habla cada vez más en Colombia?

El término de los jóvenes Ni – Ni, ampliamente difundido en Europa, empieza a escucharse con más frecuencia en Colombia. ¿Quiénes son y por qué preocupa su aumento?

Ni – Ni significa que ni estudian ni trabajan. Una autoridad en el tema es el psicólogo argentino Alejandro Schujman, autor del libro Generación NI-NI, para quien el fenómeno ha sido poco investigado a pesar de que ha crecido en los últimos 15 años en Latinoamérica.

"Son chicos y chicas que no pueden pasar al mundo adulto y a los que básicamente les falta un proyecto de vida. Desde afuera se ven chicos grandotes que la están pasando muy bien, viviendo bajo el amparo de los adultos y, en realidad, son muchachos asustados. Digo que Ni – Ni es el que pudiendo elegir, no elige. Solo hablo de Ni – Ni en las clases media y media alta", indicó Schujman.

Por eso, los jóvenes que no estudian ni trabajan por falta de oportunidades no son los Ni – Ni, según el experto.

Ahora bien, ¿De los 12 millones de colombianos entre 14 y 28 años es posible calcular cuántos sí son jóvenes Ni – Ni?

Eduardo Freire, director de Metodología del DANE, afirma que se podrían encontrar en la franja de inactivos: no buscan trabajo ni se consideran desempleados.

"Las cifras que nosotros tenemos de inactividad de manera total son un poco más de 5 millones para el trimestre junio – agosto del 2014. La mayor proporción de esa población de inactivos en ese rango de edad se encuentra estudiando y la menor proporción se encuentra desarrollando actividades de carácter doméstico, que sería efectivamente donde se podría encontrar esa generación NI – N (...) de pronto un poquito menos de 1 millón de personas en ese rango de edad", afirma el funcionario.

Entonces, según el DANE, habría cerca de 1 millón de jóvenes a quienes probablemente no les interesa estudiar en una institución, ni buscan por su propia cuenta un trabajo formal.

En ese grupo está Juan Pablo*, un joven de 26 años, que se salió de la universidad, ha hecho cursos y gana dinero por recomendar productos que él mismo consume.

"No es que no me guste estudiar, me encanta estudiar, leer, pero a mí la academia sí me cansa, que le digan a uno: 'traiga las tareas y le pongo una calificación por su trabajo' (...) me canso de eso. Sin embargo, para uno conseguir ingresos por fuera, uno no necesita un cartón", indicó Juan Pablo.

Aunque para ser adulto, según el experto argentino, "no basta con estudiar o trabajar un 'poquito' es necesario tener un proyecto de vida definido, que apasione a las personas y les permita independizarse del 'hotel mamá'".

*Se reservó la identidad del joven.